Érase de un banco aposentado
De madera oxidada uniformada
Con patas de hierro laminado
Y respaldo de quejas aliviadas.
Érase de un banco bien presente
De pasiones y secretos susurrantes
Solitario, callado, como ausente
Entre besos e ilusiones anhelantes.
Testigo fiel de relaciones
Caminantes del tiempo olvidadizo
Con cielos de mirar escurridizo
Nostalgia de beber las sensaciones
Érase de un banco abandonado
Triste, sólo, arrinconado
Amigo fiel en el camino
Érase de un banco deprimido.
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