A los internáutas...

Este es el Blog de un soñador que soñó ser un contador de historias. Algunas os gustarán y otras, puede que no, pero todas ellas son suyas, de su invención, a veces reales, otras no...Pero todas, siempre, de un modo u otro, buscan posar caricias en los corazones. allá donde se encuentren.

Nandín

viernes, 27 de septiembre de 2024

El “volunta”

 ¿ Qué más da si te cuento que esto ocurrió durante la última semana de abril de mil novecientos ochenta y uno?

¿Qué más da si esto fue hace tanto tiempo? 

En aquello tiempos y hasta unos cuantos años después, la “mili” era la “Espada de Damocles” que teníamos todos los jóvenes. Entre la pubertad y la madurez, pasábamos una época en la que se nos denominaban “Quintos” en su totalidad. Por lo que el estado te regalaba una estancia libre de todo gasto, durante un año, en algunos de los establecimientos que llamaban “cuarteles” Antes de estos, pasábamos por lo que se denominaban los C.I.R. que eran centros de instrucción de reclutas, donde después de mes y medio aproximadamente, y tras una “Jura de bandera” se nos otorgaba el estatus de “Soldado”.

Junto a otros tres compañeros, fui de forma voluntaria, esto es, veinte meses de mili pero ya teníamos el destino, tras la Jura, a una Compañía de Operaciones Especiales (C.O.E.) a la que nos habíamos presentado alrededor de cincuenta, siendo los cuatro los mejores en aptitudes físicas. De las otras, se nos suponían… Estábamos pletóricos, cargados de ilusión y adrenalina hormonal, con un entusiasmo fanfarrón pues ya nos sabíamos ingresados en uno de los mejores cuerpos de España, y aquello, era simplemente un paso previo.

Llevábamos el el CIR-12 del Ferral de Bernesga en Leon, algo más de una semana, empezando a codearse con los tres mil fulanos, más o menos que por allí pululábamos. Dentro de los edificios o compañías que tenían capacidad para algo más de doscientos, nos dividíamos en “camaretas” o espacios separados por taquillas y las camas del resto pero de forma contigua. Los cuatro éramos más jóvenes que el resto, al ser voluntas, siendo yo el mayor con mis recién cumplidos diecinueve años.  Observé que en mi camareta, había un chaval algo gordito y que me parecía que debería tener los dieciocho pelados. Tenía todavía aquella cara de niño barbilampiño que se resistía a desaparecer, luchando contra el tiempo y la vida. 

Allí, vestidos todos iguales, uniforme caqui y trinchas negras, con gorras a tono, de visera, que muchos lo primero que hacíamos era “caparlas”, esto es, a romper por la mitad, sobre el eje de la cara, el plástico que le daba forma, se formaba para todo. Al toque de “diana” todos arriba, camas hechas e impolutas y a la carrera, escalones abajo para formar en filas, y así, el cabo de cuartel, nos contaba y daba novedades a sus superiores. Después de eso, y sin romper la formación, todos, los doscientos, nos juntábamos con los de otras compañías, delante de los comedores para desayunar. Y así era para comer y para cenar. Por supuesto, lo mismo para subir a una explanada polvorienta a la que la llamaban “el Costerón” ( el cine que teníamos llevaba el mismo nombre) y realizar el “Orden cerrado” que no era más que desfilar, y desfilar, amén de movimientos con el arma, siempre a la orden dada.

En uno de los desayunos, me tocó con aquel chico, frente a mi, en aquellas mesas alargadas y con bancos corridos. Justo poco antes de acabar el desayuno, me animé a preguntarle cargado de complicidad alegre

- Tú también eres volunta ¿verdad? 

Me respondió con un “Si” muy quedo, apenas perceptible, para acto seguido romper a llorar…

Sentí, de repente un gran vacío debajo de mis pies. En un instante tuve una mezcla de sensaciones que se agolpaban y se apelotonaban en mi cabeza, produciéndome un caos totalmente incomprensible.

No hablamos más, pues Justo después de eso, acabamos y los demás empezaron a salir. Por otro lado, sinceramente no hubiese podido decir nada, pues me quedé aturdidamente mudo.

Al salir, noté que caminaba más liviano, pues tuve la sensación de que en aquel momento, allí debajo de la mesa, se me había quedado gran parte del “ardor guerrero…”






jueves, 26 de septiembre de 2024

Princesa

Se vistió de gala, se perfumó y se maquilló...

Estaba radiante y lo sabia. Cogió el coche, un deportivo descapotable y salió a la carretera.

Se sintió el centro del universo, el ombligo del mundo, la más guapa, la princesa, la deseada por todos los hombres y la envidia de las mujeres. Realmente, todos deberían caer rendidos a su paso...

Se saltó un "Ceda el paso" y se la llevó un camión por delante....

Aquel camión, era evidente que, no entendía de vasallaje ni conocía la pleitesía...

sábado, 11 de mayo de 2024

El macho alfa



Era el “macho alfa”, el líder de la manada. Llevaba como líder algunos años y hasta aquel preciso instante, ningún otro candidato le había arrebatado su status, su posición privilegiada, que lo mantenía en la cúspide social entre aquel grupo de miembros.

Pero aquello también producía un mayor desgaste, al estar en todo momento, pendiente de todo y de todos, sopesando peligros e intentando sacar el mayor beneficio para el bien comun. Había logrado enseñar a los más jóvenes, sus propios métodos, sobre todo en la estrategia de hostigamiento, persecución y caza para subsistir, dejando muy claro, desde el principio, el orden jerárquico para aparearse y comer principalmente.

Un día, de repente, apareció otro macho, uno más, para intentar quitarle su posición. Éste era nuevo, llegado de saber dónde, con cicatrices, parecidas a las suyas, que le indicaban muy posiblemente, que o bien había sido apartado de su condición de líder, o lo había intentado en otras ocasiones con manadas similares a la suya. 

Lo vio venir, acercándose para oler a las hembras y sopesar sus posibilidades. De forma inmediata, se plantó delante de él, colocándose entre el aspirante y su propia manada, a su espalda, a la expectativa de aquel enfrentamiento. 

Se olieron, se enseñaron los dientes, con los músculos preparados y tensados para saltar en cualquier momento…

Pensó en intentar dialogar, en establecer una comunicación, un intercambio de razones pacíficas, los pros y los contras, quizá, espero escuchar un buen razonamiento y condiciones de aquel aspirante, que lo hiciese ceder el título, cansado ya, al fin y al cabo, de ser siempre el que manejaba el timón y el que tenía que ser, el guía para todos. Pensó en un buen retiro, a la sombra del grupo, donde llevar una vida sosegada y esperar una vejez placentera…

El lenguaje corporal del aspirante, por desgracia, no daba margen a intentar diplomacia alguna. Sacó un revólver que tenía guardado y directamente, le descerrajó tres tiros, dejando a aquel opositor listo de papeles.

Una vez que ya se habían alejado, todos detrás de él, suspiró. Aquella había sido la mejor forma de solventar el problema. Al fin y al cabo, no dejaban de ser una manada humana…



lunes, 8 de abril de 2024

 QUIÉN 


Llevo en mi seno 

miles de besos nonatos

Compartiendo el espacio 

con aquellos llegados

Traigo en mi alma 

miles de sueños alados

Esperando la brisa 

de un susurro extraviado 


Quién dice, quién cuenta sin pasión 

qué siente un beso al aire lanzado

Cuando un rostro no encuentra a su lado

Cuando su cuerpo las horas no hallaron 


Quién habla, 

sin ningún pudor

Lo que siente la ilusión 

Cuando se asoma a la nada

el corazón ajado, 

de palabras que no se entregaron


Quién reprocha con voces

Poniendo en tela de juicio

Todo el amor entregado

Sobre el manto del amado


Cuando el cariño no habla

Y la ternura se acalla

El sentimiento penado

Y la ilusión condenada


Se muere la vida

En un desierto de nada

Entre tinieblas el alma

Y la pasión encerrada

sábado, 7 de octubre de 2023

Dios

 Eran las siete de la mañana. Las luces de las farolas continuaban encendidas amparando con la poca luz diurna, que reflejaban a los primeros ciudadanos que empezaban la jornada laboral. Giró su coche y entró en una de aquellas calles estrechas, de un solo carril y con ambos lados ocupados por otros vehículos aparcados...Vio justo a la entrada un hueco para poder aparcar, el primero de la fila y pensó que había tenido suerte. Cerró el coche y cuando llevaba caminados unos veinte metros, oyó una voz que le hablaba desde las alturas...

-.Tu retrovisor, ahora mismo, es el que corre más peligro de todos cuantos hay, a lo largo de la calle.

Se sorprendió y de forma inmediata, se fijo que, efectivamente, todos los retrovisores del lado de la carretera de los demás vehículos estacionados, estaban plegados. El suyo era el primero y entraba en el radio de acción no sólo de otros coches, si no de furgones o algún otro furgón con más diámetro que al girar para entrar en la calle, se lo podía llevar con mucha facilidad. Descaminó sus pasos hasta el coche, plegó su retrovisor y cuando llegó a la altura donde había oído la voz, alzó su mirada a los cielos, todavía oscuros y exclamó:

¡Oh gracias Dios mío!

Pero "Dios" ya no le escuchaba...Se había asomado a su terraza para fumarse un cigarrillo mientras observaba la vida y estaba en aquel momento, calentándose un café en su cocina.

domingo, 2 de abril de 2023



Solo la luna me mira

sobre el balcón de mi casa

Solo el Rocío reclama

un beso sobre mi cara


la hierba del camino 

Junto a la brisa entregada

tararea una canción y

Danza acompasada


Sueños de juventud 

Adornan los recuerdos

Palabras de otros tiempos 

Y caricias buscadas


Solo la luna me mira

Con su brillo blanquecino

Marcando sobre el sendero

Allí, donde nos conocimos


La noche rezuma insegura

Estrellas de luz plateada

Viento de suave dulzura 

se refresca en la alborada


Atrás queda el camino

Que me lleva hasta tu casa

Tu olor se viene conmigo

Como la luz reflejada


El relente de tu piel

Guarda ecos de batalla

Allí donde hubo calor

Y ya no quedan ni las ascuas


Solo la luna me mira

Con un beso en su mirada

Ella solo me ama

Con la frialdad de una estatua.

lunes, 20 de junio de 2022

 El viaje


De pequeño, a temprana edad, fui un capitán de 15 años que después de pasar cinco semanas en globo, ayudó a los hijos del capitán Grant a buscar a su padre. Trabajé de marinero en el Nautilus, sirviendo con Nemo, antes de que recalara, en su singladura final, en una isla misteriosa.

Fui creciendo, y con ello, mis ganas de aventuras…

Conocí a un joven correo llamado Miguel Strogoff, acompañándole en su aventura, para cruzar la estepa Siberiana, huyendo del tártaro perverso Ivan Ogareff. Casi sin darme cuenta, y sin apenas un respiro, me vi envuelto junto a un profesor de mineralogía, su ayudante y un cazador en su viaje al centro de la tierra. Bendito Estrómboli! 

Fui “larga carabina” y para mi desgracia, y la de tantos, asistí a la muerte de Unkas, 

Y con él, a la extinción de una raza, como muchas otras…

Mi adolescencia fue marcada por un corazón y aprendí a amar la bondad, la gentileza y a desdeñar la soberbia. También a vislumbrar la maldad. Serví como mosquetero real y también, a ser uno de aquellos miserables. Descubrí lo terrorífico que puede ser un payaso, una chica cuando se enfada y un puñetero coche endiablado. El Ka, es una rueda, como diría Roland de Gilead. 

Serví, bajo la sombra del águila, después de pasar un día de colera, en Madrid, un 2 de mayo…

Ayudé a construir un caballo de madera y comprobé lo largo y penoso que es regresar a Itaca, así como ver la sangre de los inocentes, derramarse con tanta facilidad. 

Fui miembro de la compañía de enanos y de la comunidad del anillo, hace ya tantas lunas, que se pierden en la memoria de los tiempos…


Llamadme Ismael, Y así, año tras año, teniendo poco o ningún dinero en los bolsillos, con tantas aventuras y desventuras, biografías e historia, mucha historia, he pasado gran parte de mi vida, surcando muchos libros, a veces con tempestad y hojas embravecidas, o con la misma calma del cementerio de los libros olvidados, a la sombra del viento.